No está mal soñar.

En clase leímos "La Noche Boca Arriba" de Julio Cortázar. Nuestra consigna era escribir nuestro propio cuento usando la misma idea. Acá esta mi cuento:

No está mal soñar.
    Mi rutina es simple. Me levanto, me estiro, como muy poco, vuelvo a estirar, bailo, vuelvo a estirar, me baño y me voy a dormir. Eso todos los días, pero hoy mi tonta rutina cambia. Hoy es el día de bailar y que me amen. Y sí, me van a amar, no hay duda. A veces cuando estiro me siento un cisne aunque sea una pata; no una pata no, es muy literal, mejor dicho, una torpe. ¡Y qué coincidencia que hoy baile el ballet "El Lago de los Cisnes"! Me sé de memoria la historia. Como si fuera la mía. Odette, yo,  es transformada por el cuervo Rothbart en un cisne blanco y aveces un cisne negro, Odile. Conozco a un príncipe y me enamoro completamente de él. Me transformo en Odile y soy mala. Al final Odette muere trágicamente. No soy fanática del ballet pero me llama la historia en un sentido de sentirme identificada. Ella busca el amor del príncipe. Yo de mi audiencia. Para amores ya deberá de haber tiempo después. Y ahora me voy, si, a practicar una última vez. 
    -María, la escena está por empezar en 5 minutos.- Tocan a la puerta de mi camarín.
-Ya salgo.- respondo. Si ya me despierto. Suena la orquesta y abren el telón. Estoy sentada, como una campesina llamada Odette, disfrutando de la vista del hermoso lago. Y ahí aparece Rothbart, mi compañero Greg, a transformarme en un cisne. Veo la luz de un reflector involuntariamente. Tengo mojadas las alas. Las sacudo un poco, viendo como el sol esta cerca del horizonte, escondiéndose en las montañas. Mis compañeras se me acercan y por fin puedo bailar. Y ahora lo pienso, si tan solo no fuera yo, tan miserable. Si pudiera ser libre. Una chica normal como antes. No quiero esta vida tan rutinaria. Despertarme y estirar. Dormir y bailar. Estoy cansada. Ahora si, el último rayo de sol , ya sí, éste, el último, me sega y cierro los ojos.
    -Vamos María, que estas bailando bien. Es nuestra hora de brillar.- me dice Andy. Me río simultáneamente y salgo a escena con cara de sufrida cisne.
Mis compañeras bailan alrededor mío y yo me lleno de "alegría". Bailo con ellas. Aparece el príncipe e involuntariamente miro un reflector, otra vez. Es tan mágico, bailamos en sincronía; nunca había sonreído tanto en mi vida. Pero prefiero no, porque la otra va a aparecer y lo va a arruinar todo. Va a aparecer él y lo va a arruinar todo. Pero incluso si no puedo, yo quiero estar con el príncipe. Tal vez él destruye este encantamiento y puedo ser libre. Pero no va a ser así, yo lo voy a destruir y hacerle caso a mi padre. No basta, no. No salgas a la luz. Ya amanece, me tengo que ir, antes de la triste realidad. ¿Y qué es esto?¿Al baile?¿Su cumpleaños?¿Yo? Sí, claro que sí. Corro hacia el borde, un poco mas y el sol impide mi vista.
    -Perfecto, hermoso, espléndido.- dicen todos. Entro al camarín y me cambio en el "tutú" negro. Me maquillo de esa manera tan característica de Odile, tan hermosa, tan oscura. Volviendo al escenario, mejor dicho a los telones, donde no me ven, veo a todos bailar muy alegremente. El reflector me alumbra a pesar de no estar a la vista de la audiencia, el si me ve, y me deslumbra. Y ella si va a llegar, lo siento en mis piernas, en mis brazos, por todo mi maldito y condenado cuerpo. Mi pelo, suave como pluma, mi tutú de blanco a gris a negro.-"Y bueno la otra tonta ya es cisne a la parrilla. Pobre, no sabe controlar sus sentimientos, es bipolar. ¡No soy bipolar! ¡Se manejar mis sentimientos! No, no sabes asi que cállate y cierra el pico. Tu solo cálmate y sigue lo que dicen, no hagas ninguna estupidez.¿Piensas que te dejaré al príncipe? ¿Se te zafaron las plumas? No lo creo. ¿Por qué no te callas blanca inservible? ¿Por qué eres tan malvada Odile? Porque nací asi Odette, y lo sabes, sabes que soy esa parte de ti que no sabes controlar, tu otra yo, tu parte malvada. No, cállate, no tengo otra yo."-
-Odile es hora de irnos.- dice padre.
-Sí, querido padre.- obedezco y vamos a la hermosa fiesta. Es última y hermosa luz, me da en el rostro con una sensación de calidez. Hermoso, como yo, hermosa y es mi hora. Entro y es muy simple, baila, baila, hermoso y oscuro cisne. Baila y gira, no hay que detenerse. El pas de deux. Si, si, lento y sofisticado. Equilibrio no caerse. Exacto, lo tengo. Arriba me levantan, me lleva mi "padre" y el "príncipe" y mi "padre" y termino con el "príncipe". Aplausos de las personas, de todos. Si, amenme, así debe ser. Y lo último, por cuarta vez, el maldito reflector, tan molesto. Tengo que cambiarlo.
    -Ya muy bien Odile. Vuelve a dormir.-
-Sí, padre.- vuelvo al lago pintado en colores violetas, celestes, blancos, azules y turquesas.-Ahora si las veras maldita negra. A mi no me hablas así blanquita. Esta vez si te lo mereces. O te mueres, o te mueres. No lo hagas, vas a morir, ¿no te parece? ¡Y qué me importa! Prefiero clavarme esta daga ahora mismo. Idiota no lo hagas. Si, y tu no me vas a detener.- Clavo la daga y me dejo llevar por el lago, flotando, hermoso, y no voy a ser un cisne. Veo una luz, la luz del final, mi última luz.
Aletea, aletea. Con estas "alas" aletea. Mueve, muere. Mueve, muere. ¿Muere de verdad? Sí, muere de verdad. Sangre por todos lados, ¿Es de verdad? Sí. ¿Pero la gente me ama? Si. ¿Entonces valió la pena? Absolutamente.
Me dicen tonta, y tienen razón. ¿Cómo puedo yo una pata, soñar con ser un cisne, ni mucho menos una humana? Solo por escuchar a las personas hablar de eso... doy pena, pero está bien soñar de vez en cuando.



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